En su Oda a la Alcachofa, el maestro Neruda no habla de Cynara, la bella muchacha que enamoró a Zeus. Enamorar al dios no era difícil porque padecía de enfermedad amatoria y por eso perseguía ninfas, musas, diosas, sirenas, náyades y hasta simples mortales, transformándose ora en cisne (para Leda), ora en toro (para Europa), ora en lluvia de oro (para Dánae). Pero […]
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