Hace muchos años conocí el hotel Alvear Palace de Buenos Aires y el hechizo de su fascinación fue inmediato. Conservaba todo el encanto y extravagancia de la Belle Époque. Techos altísimos, dorados cegadores, mármoles opulentos, maderas preciosas y espejos por todas partes. Sin embargo, ninguna de estas bellezas muertas podía rivalizar con sus pobladores, elegantes damas con perrito que, tocadas […]
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