La aristocracia española nunca fue muy de clubes. Más de canalleo, flamenco y majeza –como recuerda acertadamente en su último libro, Arturo Pérez Reverte- prefería el alboroto de los cafés cantantes y el falso lumpen de los tablaos. Sin embargo, hubo dos muy singulares, creados en el Madrid de los albores del siglo XX, y que perviven en […]
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